Viajes y pensamientos

Viajamos y meditamos

Constituida la Red de Municipios de la Celtiberia

El día 7 de mayos se ha constituido en Gotor (Zaragoza) por municipios de todas las provincias de este territorio mítico e histórico la Red de Municipios de la Celtiberia.

Red Municipios Celtiberia

La reunión celebrada en Gotor, en la comarca zaragozana del Aranda, ha sido un éxito. Los promotores, el Ayuntamiento de Gotor y la Asociación de Amigos de la Celtiberia consideran que se ha conseguido el objetivo de activar el municipalismo en el que estas tierras fueron pioneras en la Edad Media. En positivo, sin abundar en la retórica quejumbrosa sobre los problemas de la España vaciada, más bien abundando en sus posibles soluciones, más de una veintena de municipios de las ocho provincias celtibéricas (Burgos, Cuenca, Guadalajara, La Rioja, Segovia, Soria, Teruel) ha acordado constituir la Red de Municipios de la Celtiberia para promover el hermanamiento y las actividades conjuntas con unos fines y objetivos concretos:

  • Preservación, mantenimiento y promoción de nuestro patrimonio histórico, artístico y etnográfico, de nuestra cultura, leyendas e imaginarios.
  • Preservación de nuestros ecosistemas naturales y de los paisajes antrópicos tradicionales.
  • Valorización y promoción de esta riqueza patrimonial en todas sus dimensiones para el fomento del turismo y las industrias culturales.
  • Promover iniciativas para un desarrollo sostenible en todos los campos: sector agropecuario, industrial, tecnologías digitales, turismo y cultura. 
  • Promover el emprendimiento, la revitalización demográfica de nuestros pueblos: un futuro para los jóvenes y un hábitat idóneo para la infancia.
  • Defender los servicios necesarios para el desarrollo satisfactorio de la vida cotidiana y laboral de un ciudadano del siglo XXI: infraestructuras y servicios suficientes para cubrir las necesidades básicas, comunicaciones (viarias y digitales), vivienda, entretenimiento, etc. Todo ello para provecho de los habitantes permanentes y estacionales.
  • Apostar por la tecnología digital participativa como instrumento de comunicación, intercambio e integración comunitario entre los habitantes de las comarcas naturales y de la Celtiberia.
  • Alineados con un modelo de desarrollo sostenible, defenderemos nuestro territorio frente a las agresiones colonizadoras o abusivas de todo tipo con nuestros recursos naturales: aquellas que no garantizan las compensaciones justas y consentidas a los municipios.
  • Nuestro territorio es un valor para la sociedad que debe ser compensado: el uso de infraestructuras viarias y energéticas o el agua de nuestra tierra tiene un gran valor en todas sus dimensiones (de mercado, patrimonial e intangible).
  • Interlocución con las administraciones supramunicipales para defender nuestros intereses y conseguir los fines que nos proponemos.
  • Apoyo y promoción de leyes que favorezcan una discriminación positiva para el medio rural despoblado (los “nuevos fueros”). Apoyamos la activación de la ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural 45/2007 que, convenientemente actualizada, es un instrumento operativo para nuestros objetivos.
  • Postularse a proyectos financiados por fondos europeos o nacionales, en un momento en que la condición rural, la despoblación, la extensión digital y las identidades culturales cotizan al alza en estas convocatorias.
  • Difusión de identidad y el patrimonio de la Celtiberia en todas sus vertientes.

Estos objetivos son asumidos por los municipios fundadores y los que se vayan sumando a esta red y serán auditados periódicamente por agentes independientes. Entre estos socios fundadores hay localidades históricas de todas las provincias, como Daroca y Bijuesca (Zaragoza), Monteagudo de las Vicarías y Molinos de Duero (Soria), Sepulveda y Ayllón (Segovia), Orea y La Yunta (Guadalajara), Huete (Cuenca) o Canales de la Sierra (Rioja). Se ha optado por empezar por los más implicados para poner en marcha el proyecto sin dilación; desde este grupo irradiador se pretende ir sumando a esta red aquellos municipios de la Celtiberia que lo soliciten y establecer alianzas con otros de la España vaciada. Respetando su transversalidad y la variada adscripción política de sus munícipes, la Red de Municipios de la Celtiberia aspira a ser un lobby rural que defienda los intereses comunes, el patrimonio ecocultural y la identidad del territorio compartido. Como muestra simbólica de esta pertenencia, cada localidad colocará la señal metálica homologada de “Municipio de la Celtiberia. Territorio de las Cuatro Culturas” que encabeza esta declaración y la colocará visiblemente a la entrada de la población.

El Comisionado contra la despoblación y el reto demográfico del Gobierno de Aragón, Javier Allué, manifestó por videoconferencia su apoyo a la iniciativa que, según manfiestó, está alineada con sus cometidos y con las iniciativas legislativas que se están tramitando ya en esta dirección.

Borobia, «500 años de rebeldía»

Imponente el trabajo de investigación desarrollado por Alberto Jiménez Carrera para su tesis doctoral, transformada en el libro «500 años de rebeldía», de 710 páginas, publicado merced a la aportación del Ayuntamiento de Borobia y de Diputación de Soria.

Borobia, en la «raya» de Soria con Zaragoza, de Castilla/Aragón, tiene en Alberto Jiménez a su historiador total, puesto que en su tesis de licenciatura ya se ocupó de un periodo específico de su historia local, partiendo de, entre otros documentos, el Catastro de la Ensenada. Aquella tesis lleva por título «La evolución de la mentalidad religiosa en la España interior: Borobia en los siglos XVIII-XX».
Bástenos transcribir el exhaustivo índice general de «500 años de rebeldía» para dejar constancia plena de su contenido y demostrar así lo que afirmábamos acerca de la laboriosa labor investigadora que ha realizado. Un libro que, sin duda, en esta zona del extremo oriental soriano es ya fundamental para su historia.

PARTE 1. LOS ECOS DEL PASADO

El fuero de Borobia
La lucha por conservar la jurisdicción
Guerras de frontera e intentos de señorialización

PARTE 2. EL SEÑORÍO DE BOROBIA Y CIRIA

1. EL ORIGEN DEL SEÑORÍO DE LOS LUNA EN CIRIA Y BOROBIA

2. EL PODER DADO POR EL REY AL SEÑOR EN CÍRIA Y BOROBIA
2.1.- Cartas de privilegios y poder señorial.
2.2.- Los cambios en la estructura de poder de Borobia tras su señorialización.
2.3.- Soria, contra Ciria y Borobia. La resolución del conflicto jurisdiccional.

3. EL TERRITORIO QUE RECIBIÓ COMO DOTE Dª ALDARA DE LUNA
3.1. Un lugar de gran importancia geoestratégica para la alta nobleza castellana.
3.2. Dos modestas aldeas que pronto se convertirán en prósperas villas.
3.3. Un territorio ganadero y tierra de paso, atravesada por importantes caminos.
3.4. Uno de los principales puertos aduaneros de Castilla.

PARTE 3. LOS ORÍGENES DE UN LARGO CONFLICTO SOCIAL

4. USO Y ABUSO DEL PODER SEÑORIAL
4.1.- El comienzo de la ofensiva señorial: D. Carlos de Luna y Arellano, “el casto”, II Mariscal de Castilla y Señor de las Villas de Ciria y Borobia. ¿1484?-1521.
4.2.- Alianzas estratégicas con la nobleza: la participación de Carlos de Luna y Arellano en la guerra contra la sublevación antiseñorial de la Tierra de Agreda.
4.3.- El uso arbitrario del poder: la creación de una ley propia de comercio.
4.4.- La ocupación de rentas reales: diezmos y alcabalas.
4.5.- La ocupación de rentas eclesiásticas.
4.6.- La usurpación de términos comunales.
4.7.- El ejercicio del contrabando y otros abusos en los puertos aduaneros del señorío.

5.- LAS RELACIONES DE PODER EN EL SEÑORÍO A COMIENZOS DE LA EDAD MODERNA
5.1.- El predominio de los intereses ganaderos.
5.2.- La rebelión antiseñorial de Ciria: El pleito de 1494-1498.
5.3.- Los intentos de los mariscales de Castilla de expandir su propiedad más allá de su señorío.
5.4.- El poder de los Luna y Arellano.

6. LAS PRIMERAS REVUELTAS ANTISEÑORIALES EN BOROBIA
6.1.- La usurpación de Tablado y el confuso inicio del conflicto borobiano.
6.2.- Los abusos del señor en Borobia en la primera mitad del siglo XVI.
6.3.- La revuelta antiseñorial de mitad del siglo XVI.
6.4.- La Concordia de 1553 o la “refundación” del señorío.
6.4.1.- La consolidación de los privilegios del Mariscal.
6.4.1.1.- La propiedad de la Dehesa de Tablado.
6.4.1.2.- El derecho de percibir Alcavalas y Tercias.
6.4.1.3.- Otros derechos monetarios: Derecho de Puerta y Presente de Navidad.
6.4.1.4.- Derechos sobre los usos del término: los pastos, la caza y el riego.
6.4.1.5. Derechos sobre las personas y sobre los bienes de las personas: Azofra, Arreo y Derecho de Posadas y Ropa de Cama.
6.4.1.6. Otros derechos que no aparecen citados en la Concordia de 1553.
6.4.2. Los límites del poder señorial (en la Concordia de 1553).
6.4.2.1.- Corrección de los abusos en la explotación de los términos concejiles.
6.4.2.2.- Limitación del poder sobre las personas y sobre las cosas:
6.4.2.3.- Limitaciones en el cobro de los impuestos: alcabalas y mantadas.
6.4.2.4.- Limitaciones en el ejercicio de las guardas de la Dehesa de Tablado.
6.4.3.- El espacio del poder popular: la organización del Concejo y su jurisdicción.
6.4.4.- El difícil lugar de la baja nobleza borobiana.
6.5.- Las consecuencias de la Concordia de 1553.
6.5.1.- El cambio en la relaciones de poder de la villa.
6.5.2.- El origen de una gran propiedad y de un conflicto endémico.

Parte 4. LA REANUDACIÓN DEL CONFLICTO ANTISEÑORIAL

7. UN NUEVO ATAQUE SEÑORIAL AL CONCEJO DE BOROBIA. EL PLEITO DE 1612

8. LA DISPUTA DEL PODER AL MARISCAL DE CASTILLA ENTRE 1651 Y 1655
8.1.- Preámbulo.- La ruptura del orden social.
8.1.1.- La división de la villa en bandos.
8.1.2.- El bando antiseñorial.
8.1.3.- El bando señorial.
8.2. Primer acto: El pleito de residencia de 1652.
8.2.1.- La sublevación contra el Mariscal de 1651.
8.2.2.- El triunfo de la revolución borobiana.
8.2.3.- La justicia del Señor.
8.2.3.1.- Las condenas del tribunal señorial a los oficiales del concejo.
8.2.3.2.- La consumación de un nuevo golpe de estado señorial.
8.2.4.- La Justicia del Rey.
8.2.5.- La victoria del bando antiseñorial.
8.3. Segundo acto: el conflicto sobre la elección de los oficiales del concejo (1653-1655).
8.3.1.- La elección de oficiales del Concejo para 1653.
8.3.2.- La elección de oficiales del Concejo para 1654.
8.3.3.- El golpe de estado señorial del 7 de enero de 1654.
8.3.4.- La muerte en la cárcel del alcalde Hernando de Morales.
8.3.5.- El pleito de Juana de la Barrera con el alcalde mayor.
8.3.6.- El pleito sobre nombramiento de oficios de 1654.
8.4. Desenlace: Las sentencias de la Real Chancillería de Valladolid.
8.4.1.- La sentencia de la Real Chancillería de Valladolid del 17 de julio de 1654.
8.4.2.- La sentencia de revista del 11 de enero de 1655 en el pleito sobre nombramiento de oficios.
8.4.3.- La sentencia de vista de 15 de mayo de 1655, en el pleito entre Beatriz de la Barrera y el alcalde mayor, Juan de Treviño.
8.4.4.- La sentencia de revista de 18 de septiembre de 1655 en el pleito de Beatriz de la Barrera contra el alcalde mayor Juan de Treviño.

Parte 5: EL CONFLICTO ANTISEÑORIAL EN EL SIGLO XVIII

9.- EL SEÑORÍO DE BOROBIA Y CIRIA TRAS LA GUERRA DE SUCESIÓN
9.1.- Dificultades para la hacienda señorial tras la Guerra de Sucesión. El embargo de los derechos señoriales: alcabalas, martiniega, tercias y florines.

10.- LA RESURRECCIÓN DE LA REIVINDICACIÓN DE LA DEHESA DE TABLADO
10.1.- La desaparición de papeles del Archivo de la Villa.
10.2.- El primer intento de Borobia para recuperar la Dehesa de Tablado: la venta de Baldíos de 1740.

11. EL REPARTO DE LA RIQUEZA Y EL PODER EN BOROBIA EN EL SIGLO XVIII
11.1.- La población y los impuestos.
11.2.- El reparto de la propiedad.
11.3.- El medio de vida de los borobianos.
11.4.- El reparto de la renta.
11.5.- La oligarquía local.
11.6.- El reparto de poder en el concejo: la “democracia campesina”.

12.- EL SEGUNDO INTENTO DEL CONCEJO DE RECUPERAR TABLADO Y ABOLIR LOS DERECHOS SEÑORIALES
12.1.- El tercer embargo de los derechos señoriales. 1753.
12.2.- La denuncia sobre el apeo de Tablado y los derechos señoriales. 1769-1774.

Parte 6. ENTRE EL VIEJO MUNDO Y UN MUNDO NUEVO

12. GUERRA Y REVOLUCIÓN EN BOROBIA (1808-1814)
12.1.- La crisis agraria que precedió a la guerra.
12.2.- La delgada línea entre la reivindicación de derechos feudales y la revolución social. La ocupación de las tierras del mariscal de Castilla.
12.3. Consecuencias de la incursión armada francesa a Borobia de 1811.
12.3.1.- El saqueo del pueblo y de la iglesia.
12.3.2.- La enajenación y venta por el Ayuntamiento de tierras de la Iglesia.
12.3.3.- El impago de las rentas a la Iglesia.
12.3.4.- El deterioro del culto y de la fe.
12.4.- La Constitución de Cádiz y la alineación de los borobianos en el bando liberal.
12.5.- Borobia, cabecera de partido electoral en las elecciones de 1812.

13. LA PERVIVENCIA DEL MOVIMIENTO ANTISEÑORIAL EN BOROBIA DURANTE LA TRANSICIÓN ENTRE EL ANTIGUO RÉGIMEN Y EL LIBERALISMO
13.1.- Borobia 1814-1820. La contraofensiva de los poderes reaccionarios.
13.1.1.- La reacción de la Iglesia.
13.1.2.- La reacción del Mariscal de Castilla.
13.2.- Alegría y desencanto durante el Trienio Liberal.
13.2.1.- La acción política del Ayuntamiento de Borobia durante el Trienio Liberal.
13.2.2.- La resistencia de Borobia a entregar las tierras al Mariscal tras la revolución liberal de 1820.
13.3.- Consecuencias de la segunda restauración del absolutismo en Borobia.
13.3.1.- La renta de la heredad enajenada de la Iglesia.
13.3.2.- La contraofensiva del Mariscal. 1828-1836.

Parte 7. LA REACTIVACIÓN DEL CONFLICTO ANTISEÑORIAL DURANTE EL LIBERALISMO

14.- LA NUEVA BATALLA POR LA PROPIEDAD DE LOS BIENES DE SEÑORÍO TRAS LA LEY DE 26 DE AGOSTO DE 1837
14.1.- El conflicto en torno a la imposición del concepto liberal de propiedad.
14.2.- La nueva ley de abolición de los señoríos de 1837 y el renacimiento de las esperanzas borobianas.
14.3.- El pleito de 1839 sobre las denuncias de los Guardas de la Dehesa de Tablado.
14.3.1- El acoso a las posesiones del Mariscal y la desobediencia del ayuntamiento.
14.3.2.- La resolución del pleito.

15.- EL PLEITO DE MOSTRENCOS. 1839-1852
15.1.- Los documentos que abonaron el proceso.
15.2.- Un proceso con varios jueces, largo y tenso.
15.3.- La denuncia de D. Ramón Solís y el embargo de los bienes de los mariscales de Castilla en Borobia y Ciria.
15.4.- El asesinato del alcalde de Borobia, D. Ramón Solís.
15.5.- Las pruebas presentadas por los herederos de los Mariscales.
15.6.- Una nueva derrota para Borobia.
15.7.- La segunda toma de posesión de los bienes del siglo.
15.8.- Acoso a las propiedades de los Mariscales en el verano de 1849.
15.9.- La respuesta de los herederos del Mariscal: el expediente de costas (1849-1852).

PARTE 8. DE LA CONQUISTA DE LOS DERECHOS A LA RESISTENCIA

16.- 1860-1865. LA VENTA DE LA DEHESA DE TABLADO A LA FAMILIA SIGLER Y EL RESURGIR DEL CONFLICTO

17.- 1869-1880. LA EXPLOSIÓN FINAL DEL CONFLICTO
17.1.- 1869-1878. La vuelta a la resistencia.
17.2.- La ocupación de la Dehesa de Tablado el 30 de septiembre de 1878.
17.3.- Las consecuencias de los sucesos del 30 de septiembre de 1878.
17.4.- El intento del propietario de quitar la jurisdicción al Juzgado Municipal de Borobia.

18.- 1880-1888: EL JUICIO FINAL
18.1.- Las razones de Borobia.
18.2.- Las vicisitudes del pleito.
18.3.- Dos versiones de la historia.
1.- La donación de Ciria y Borobia al Condestable Alvaro de Luna.
2.- El origen del Señorío.
3.- La Concordia de 1553.
4.- La misteriosa “Concordia de 1730”.
5.- El pleito de Baldíos.
6.- La Ejecutoria de 1774.
7.- Los acontecimientos de principios del siglo XIX.
8.- El Pleito de Mostrencos.
9.- La legitimidad de la Escritura de Compra-venta de los bienes del Señorío.
10.- Los interdictos de 1863 y 1864.
11.- El convulso periodo de 1869-1879.
12.- Conmociones populares
13.- El derecho martiniego de los vecinos.
14.- El pago del derecho de invernadero por el Ayuntamiento.
15.- El derecho sobre las aguas.
16.- La roturación de tierras y la construcción de casas en Tablado.
17.- Derecho de invernadero o arrendamiento, la cuestión fundamental…
18.4.- Las sentencias.
18.4.1.- La sentencia de 30 de abril de 1887.
18.4.2.- La apelación del ayuntamiento de Borobia a la sentencia de 30 de abril de 1887.
18.4.3.- La sentencia definitiva de la Audiencia de Burgos de 31 de marzo de 1888.

19.- DESPUÉS DE LA DERROTA
19.1.- La sociedad borobiana después del conflicto.
19.2.- Tensiones entre los vecinos por la compra de los bienes del antiguo señorío: las cerradas y la Huerta del Palomar.
19.3.- Camino de la modernidad.
19.4.- La conflictiva venta de los primeros quintos de Tablado a particulares.

PARTE 9. EL REENCUENTRO DE BOROBIA CON SU PASADO

20.- EL RENACER DE LA ESPERANZA
20.1.- La llegada de la Segunda República.
20.2- El reencuentro de Borobia con su pasado y la resurrección del conflicto.
20.3.- El “boicot” a la dehesa de Tablado.

21.- LA DECEPCIÓN
20.4.- La compra de Tablado. La Sociedad Asentadora de Pequeños Agricultores, Ganaderos y Obreros Parados de Borobia.
20.5.- Tensiones sociales en la Borobia de 1936.
20.6.- El conflicto de Tablado y la guerra civil.
20.7.- El expediente de depuración contra el secretario municipal Bernardo Carnicero y otros procesos del régimen de Franco contra los borobianos.
20.8.- Las brasas del conflicto.
22.- UNA HISTORIA INACABADA

El renacer de la autopercepción femenina

El renacer de la autopercepción femenina

NATALIA ALMAZÁN DE PABLO

 

Hoy es uno de esos días amargos, que revuelve tu estómago y lo convierte en un torbellino irrefrenable.

Hoy es 8M  (8 de Marzo), el día oficial en el que las mujeres y hombres salen a la calle de todo un país en diferentes partes del globo terráqueo para luchar, manifestar y sacar su frustración, ira, tristeza e impotencia ante una situación que persiste en el tiempo y en el espacio.

Se pensó en otorgarnos la libertad a hombres y mujeres pero fue un aspecto que no acabó agradando a todos, por lo que –bajo el poder que resurgía y se engrandecía y las ansias de ser el epicentro de todo- se rechazó, inhibió y eliminó toda muestra de libertad femenina.

Tal fue así durante siglos que la figura femenina creyó que ésa era la única forma de vida que para ella se tenía guardada.

Algunas felices con su vida y otras, pasando segundas pero primeras Odiseas en carnes femeninas.

El poder masculino fue volviéndose tan real que sin darse (o si) crearon desde el más ínfimo principio una división entre géneros, o mejor dicho, entre personas. Acabaron por delimitar dónde empezaba, seguía y dónde debía terminar la vida femenina (de su hermana, de su mujer, de su hija…)

Perseguidas, enjuiciadas, declaradas culpables, herejes, bestias y mil injurias. Rechazadas, infravaloradas, silenciadas, explotadas, humilladas, violadas (física y psíquicamente), asesinadas, inhibidas, cohibidas.

Crearon entre nosotras el sentimiento de pertenencia a un hombre, dependencia, fidelidad hasta la muerte y una total dedicación en vida. Esclavas. Supeditadas.

Nos dijeron que no teníamos libertad de acción sobre nosotras ni nuestra vida, que no podíamos hacer todo cuanto quisiésemos, desarrollar una vida sexual que nos pertenecía, pronunciar palabra y que eso fuera a misa y se hiciese, una independencia económica, una vida laboral existente, un embarazo deseado, un aborto sin o con clandestinidad.

Nos hicieron pensar que debíamos rivalizar entre nosotras, chocar, pelear y que ganara la mejor (como lo hicieron ellos): por ver quién es la más guapa, la más exitosa, triunfante, ganadora, la mejor hermana/amiga/madre/hija/esposa. Nos hicieron enemigas sin darnos cuenta.

El feminismo habla de sororidad, un retorno a los orígenes, donde todas éramos hermanas y donde existía un amor mutuo sin haberlo corrompido e inyectado un odio creciente.

El feminismo surgió por todo esto. Surgió por la opresión, porque no se aguantaba más después de hacerlo infinitas e interminables veces a lo largo de los siglos.

Surgió porque empezó a empoderarse la figura femenina, empezó a pensar que todo lo que provenía en voz del hombre quizá no fuese cierto y real y llegó a la verdad de que todo había sido una farsa, una trola, un juego, una táctica de guerra.

Habíamos sido las victimas de todo aquello. Nos dimos cuenta de que toda culpa que nos habíamos atribuido durante siglos a mil menesteres cotidianos no era culpa nuestra, sino de aquellos hombres que hicieron mal su labor de hombre. Aquellos hombres que no entendieron lo que es ser un hombre.

Nos percatamos de que no eran casos aislados y minoritarios en nuestra ciudad/pueblo, sino que a través de la prensa y de los medios de comunicación se veía cómo era algo que iba mucho más allá.

Empezamos a salir a la calle, a reivindicar por todo aquello que estábamos descubriendo: por todo lo que nos pertenecía y era nuestro.

Y llegó nuestra voz a los parlamentos, Campoamor, y llegó nuestro voto a las urnas.

Todo comenzaba a cambiar. Un cambio revolucionario. Estábamos tomando las calles y se nos notaba en la vida real.

Nos dimos cuenta del poder que teníamos. Del silencio impuesto. De que teníamos que estallar. Reventar. Explotar.

Nos dimos cuenta de que teníamos que luchar por lo mismo que ellos tienen: mismos derechos y libertades, un salario igualitario, no discriminación por ser mujer, por poder salir a la calle sin miedo al qué pasará si, a poder vestirnos cómo nos plazca sin juicios-críticas-prejuicios, que se nos vea en la sociedad en diferentes puestos, querernos pues nos habían hecho odiar nuestra existencia por ser mujeres durante siglos, empoderarnos y decidir sobre nosotras y nuestra vida.

El feminismo nos abrió el camino por una lucha que ojalá no tuviera que producirse por el simple hecho de que ya lo tuviésemos.

Nosotras decidimos sobre nosotras: cuerpo, mente y alma. Hemos resurgido y renacido y ahora sabemos mejor que nunca lo que queremos.

Igualdad. Equidad. No discriminación. Libertad.

Juntas nos hacemos AÚN más grandes y fuertes.

 

 

Invocaciones y Advocaciones

Ayer se inauguró en el Palacio de la Audiencia de Soria la exposición  «Invocaciones y Advocaciones» del soriano Antonio Ruiz Vega que permanecerá abierta durante todo este mes de junio.

 

Invocaciones y Advocaciones

Antonio Ruiz Vega

Todo lo que ha sostenido y exaltado a nuestros antepasados, lo volveremos a encontrar. Pero antes es preciso consentir en la noche. (Friedrich Nietzsche) Sigue leyendo

Cervantes y su música, concierto en Soria

Nota de prensa de Ayto. de Soria y de la SHH-ED

La ciudad de Soria, que puso placa cervantino-quijotesca en su ayuntamiento y dió nombre de Alameda de Cervantes a su parque público de la Dehesa, rinde hoy homenaje a Miguel de Cervantes con un concierto musical este sábado, 21 de mayo, a las 20.00 horas en el Aula Magna Tirso de Molina. Esta propuesta artística ‘En torno a Cervantes’ -con la dirección de Rabindranath, el coro de la Sociedad Handel y Haydn y la Esemble La Danserye-  ofrecenun programa musical con textos del autor del Quijote. Cuenta con Sandra Redondo García (soprano), Laura Quesada Alcaide (Clave) y Bill Cooley (perscusión). Los amantes de la música y la literatura pondrán ver sobre el escenario a La Danserye con  Fernando Pérez Valera, Corneta, sacabuche, flautas y orlo, Juan Alberto Pérez Valera, Chirimías, corneta, bajoncillos, flautas y orlo, Luis Alfonso Pérez Valera, Sacabuche, trompeta natural, flautas y orlo, y Eduardo Pérez Valera, Chirimías, bajón y bajoncillos, flautas y orlo. La presentación se completa con el coro Sociedad Handel y Haydn con la dirección de Rabindranath Banerjee Fernandez-Bordas.

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Cervantes y la música

Glosar la figura de Cervantes como literato parece empeño fútil, pues plumas mucho más brillantes y autorizadas ya han vertido ríos de tinta sobre el tema. Sin embargo, el Príncipe de los Ingenios no sólo fue uno de los más insignes escritores de todos los tiempos sino también un profundo conocedor de la música. Que era ducho en estas cuestiones se desprende de sus numerosas referencias a la música que en sus textos pueden encontrarse.  Comenzando por la famosa frase de Sancho “Señora, donde hay música no puede haber cosa mala” y siguiendo por alusiones a diversos aspectos musicales de los instrumentos, de las voces y a la música misma, a los que se refiere con tecnicismos, como “Toca una guitarra a lo rasgado” o “Prima es una cuerda de guitarra; la guitarra se compone de cinco órdenes […]”  y no cuerdas como un lego probablemente diría. Que distinguía las voces queda patente en el siguiente dialogo de la “La casa de los celos”:

– “Oh, quien supiera cantar!
– Qué, ¿no lo sabes, pastor?
– Ni contralto ni tenor,
  que estoy para reventar.
  [………………………….]
– ¿Con qué voz quieres quedar:
   tiple, contralto, o tenor?
– Contrabajo es muy mejor.”

O, también, cuando dice por boca de Don Quijote “ […] el sonido que tenéis es alto; lo sostenido de la voz, a su tiempo y compás; los dejos, muchos y apresurados”.

Que también conocía en alguna medida la teoría musical queda claro cuando Quijote dice a Sancho “Sigue tu canto llano y no te metas en contrapuntos que suelen quebrar de sotiles” o también cuando escribe “De suerte voy, que pelearé con ciento sin volver atrás una semimínima”. Incluso le hace tañer y cantar en la casa del Duque: “ […] y habiendo recorrido los trastes de la vihuela y afinándola lo mejor que pudo, escupió y remondose el pecho y luego con voz ronquilla aunque entonada, cantó […]

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Queda claro, entonces, que Cervantes tenía conocimientos musicales y quién sabe si no tocaría él mismo la guitarra antes de perder el uso de la mano izquierda. Sin embargo, conviene aclarar que aunque al parecer en su casa paterna había “bigüela” y diversos autores, como Rodriguez Marín o Jean Canavaggio han defendido que su padre, Don Rodrigo tenía “afición a la música” y “ destreza en la vihuela” esta conclusión parece cuando menos extraña dado que Rodrigo padecía una fuerte sordera desde los cuatro años, y aún más, parece poder ser rebatida, según Pepe Rey, si se examinan con detenimiento los documentos pertinentes. Así la tradicional afirmación de que el padre de Cervantes tocaba la vihuela parece, como poco, muy dudosa, si no un mito.

Por otro lado, la importancia esencial de la música en su obra podría muy bien resumirse en el siguiente texto de José Lucas Sanahuja, que en su tesis doctoral escribe: “Difícilmente se entiende la obra de Cervantes en su densa plenitud y sutil complejidad sin considerar la importancia que la música implica en ella desde tantas y tan diversas vertientes. La música se muestra en Cervantes como un consistente medio, como una valiosa ayuda complementaria al intento de expresividad de su propio mensaje literario, pero también, de manera colateral, de alto valor histórico y documental al manifestarse en su obra un extenso florilegio de formas de composición musical, diversos tipos de danzas y un amplio elenco de instrumentos musicales de la época.”

 

Del romance

 

Difícil es sobrestimar la importancia del romance en la obra cervantina. Tanto es así que Menéndez Pidal nos dice, por medio de nuestro insigne musicólogo Miguel Querol: “El Quijote debe su idea inicial y sus primeros capítulos a una parodia entremesil de romances; debe a éstos también la inspiración de episodios capitales,  como el de Cardenio en Sierra Morena o el de la Cueva de Montesinos”.  Pero es bien sabido que el vehículo esencial de transmisión del romance es la música, del cuál resulta inseparable, al menos en su modalidad “tradicional”. De nuevo Pidal nos dice: “Los romances son poemas epicolíricos breves que se cantan al son de un instrumento, sea en las danzas corales, sea en reuniones tenidas para recreo simplemente o para el trabajo común”. La indisoluble unión de la música con el romance proviene de los antiguos Cantares de Gesta, los cuales se fragmentaron en narraciones breves o romances, recordados de memoria y muchas veces modificados, según su gusto, por el intérprete. Así nacieron muchos de los romances “viejos” que la tradición recoge e hizo populares. Sus primeros intérpretes fueron gentes sencillas, sin formación o “rústicos”, como se les refiere habitualmente en los textos de la época. Pero a mediados del siglo XV el romance se propaga a las gentes “ilustradas” y la moda de cantar romances se generaliza y extiende a todas las capas sociales, hasta tal punto que las referencias a su contenido permea el lenguaje coloquial. Los juglares escriben y cantan romances, al igual que antes cantaban cantares de gesta, pero escriben romances “cultos”, más largos y mejor hilvanados en su narrativa que los tradicionales, éstos más fragmentarios.

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Es pues comprensible que el bagaje romancero de Cervantes fuese amplio, como correspondería a un hombre de su tiempo, por ende partícipe de la cultura popular de sus coetáneos, así como por ser hombre ilustrado, además de lector impenitente de romanceros, los cuales probablemente escucharía cantar en la corte, tanto en Madrid como en Valladolid. Así pues, como cabría esperar, en las obras de Cervantes encontramos tanto romances “viejos” como “nuevos”, algunos citados “verbatim”, otros modificados y adaptados por él mismo a las necesidades narrativas del contexto en el que los introduce.

Musicalmente, los romances se construían sobre melodías de 32 notas, correspondientes éstas a cada una de las sílabas contenidas en los cuatro versos octosílabos componentes de una estrofa. Según Querol, “ […] esta estructura tiene su origen en los himnos ambrosianos, cuyas estrofas de cuatro versos octosílabos se cantan con un canto monosilábico. Otros romances más viejos tenían solamente un semiperíodo, siendo la tonada de los versos tercero y cuarto, repetición del primero y segundo. También este tipo tiene sus precedentes en la himnodia eclesiástica. Y, finalmente, un tercer tipo en el que las notas son únicamente ocho y se repiten en todos los versos […]” recordando así al canto de una Epístola. Aunque con estas melodías tan reducidas podían cantarse romances con miles de versos, era costumbre en la interpretación musical incluir fragmentos instrumentales (variaciones o “diferencias” en la nomenclatura de vihuela) para evitar la monotonía.

De las canciones

Cervantes hace múltiples referencias en su obra a canciones y danzas que eran bien conocidas en su época. Las canciones las encontramos de dos tipos esencialmente: las populares, provenientes en su mayoría de la tradición oral, a la que llegan por diversos caminos, y muchas de las cuales se han conservado gracias a que algunos compositores de los siglos XVI y XVII las emplean como material temático en diversas obras de carácter polifónico, convirtiéndolas así en canciones pertenecientes a un segundo grupo, que podrían ser calificadas de “cultas”, alumbradas por compositores bien versados en las técnicas de su tiempo. Obviamente, las fronteras entre ambas categorías son difusas y las melodías se difunden de una a otra a lo largo de los tiempos. Así, una misma canción en distinto tiempo podría ser clasificada en diferente categoría.

Un ejemplo de la primera clase es “Madre, la mi madre”. Al parecer estas coplas se cantaban aún en 1615, pues Lope de Vega indica su ejecución en “El mayor Imposible”, comedia escrita en ese año. Hasta nuestros días han llegado diversas versiones de esta canción, mayormente polifónicas, y que difieren en número de voces, en el metro, e incluso en el texto, por lo que es difícil saber exactamente cómo sería la melodía original. La que hoy presentamos se encuentra recogida en el cancionero de Turín.

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Ejemplo paradigmático de la segunda categoría es “De la dulce mi enemiga”.  Esta expresión poética, que designa a la amada que no corresponde al caballero enamorado, es profusamente empleada, en diversas variantes, en los textos de la época, e incluso, según nos dice Querol, puede encontrarse en la poesía provenzal de los trovadores (en la forma “ma douce ennemie”), y también en la oriental. La obra, que es un villancico (el estribillo una redondilla y las coplas una cuarteta),  se emparenta con las frótolas italianas y su texto podría ser traducción de la siguiente poesía italiana debida a Serafino de’ Ciminelli o d’Aquila (Aquila, 1466- Roma, 1500):

 “Da la dolce mia nemica
nasce un do ch’esser non sole:
e per piu tormento uole
che si senta, e non se dica.”

Sin embargo, en el Cancionero de Palacio aparece como autor un tal Gabriel, que probablemente sería Gabriel Mena “el músico”. Así, no está claro quién tradujo a quién y por tanto, el autor del texto no puede asignarse con certeza (véase al respecto el trabajo de Juan José Pastor Comín).

Dos canciones de las que hoy interpretamos también merecen especial comentario. La primera, “Dulce esperanza mía”, tiene el interés especial de ser, según Querol, el único ejemplo conocido de canción antigua sobre texto del propio Cervantes y que, además, presenta una situación peculiar. Sólo está en música la primera estrofa, que se encuentra en el folio 18 del manuscrito 3881 de la Biblioteca Nacional de España. No se sabe si la pieza está incompleta o si se debían repetir las restantes adaptadas a la misma música.  Además, aquél nos relata que el historiador Mariano Soriano Fuertes, a quien califica de “[…] tan famoso como sospechoso, por sus yerros y fantasías” atribuye esta canción culta a un tal D. Salvador Luis, supuesto cantor de Capilla y Cámara de Felipe II. Sin embargo,  no parece haber rastro histórico alguno de este tal compositor. Por otro lado, la musicología parece estar de acuerdo en que la obra que hoy presentamos, por su estilo y grafía, fue escrita a mediados del siglo XVIII, aunque, obviamente, su autor es desconocido.

Otra curiosidad que nos ha llamado la atención es que Cervantes pone en boca de Berganza, en “El Coloquio de los perros”, la siguiente descripción: “si los míos cantaban, no eran canciones acordadas y bien compuestas, sino un Cata el lobo do va, Juanica, y otras cosas semejantes […] y no con voces delicadas, sino con voces roncas , que, solas o juntas, parecía, que no cantaban, sino que gritaban o gruñían”. Así, parece que esta canción, o al menos este fragmento, era aún popular en tiempos de Cervantes. Querol nos aclara que la música de esta canción, sólo un fragmento mínimo de seis notas del estribillo,  nos ha llegado a través del “De musica libri septem” de 1577 (Liber VI, Cap XIIII, p. 343) de Francisco Salinas (a la sazón, el primero en describir matemáticamente con detalle el temperamento mesotónico), aunque según él dice, la copia del fragmento no es fiable. Curiosamente, Querol no se refiere a la aparición de este mismo estribillo en la ensalada de Mateo Flecha “La Justa”, obra fechada según Gómez Muntané en 1532 y que según ella se trata de la misma que Cervantes cita en su novela. Ciertamente, examinados ambos fragmentos musicales, podemos asegurar que no sólo no coinciden sino que no parecen guardar semejanza alguna. Quede aquí constancia de este misterio que quizá futuros estudios musicológicos podrán aclarar.

 

De los bailes y danzas

 

Numerosísimas referencias hay también en la obra cervantina a “bailes y danzas”. Canarios, seguidillas, chaconas, y contrapases, también escarramanes, jácaras y folías; la famosa gallarda, gambetas, moriscas, perra moras y villanos. De todas ellas hace uso a lo largo de sus comedias, entremeses y novelas. La distinción, que el propio Cervantes hace en “El Quijote” entre ambas modalidades de expresión corporal con música, podría describirse sucintamente atendiendo a que la primera sería una expresión de nuestro cuerpo ante un estimulo musical, sin necesidad de hacer pasos definidos, algo poco organizado y más intuitivo que en la segunda, la danza, en la que los movimientos por lo general serían mucho más reglados y cuya práctica requiere por lo general de una formación específica, intensa y prolongada. Por supuesto, y como es habitual en la historia del arte, frecuentemente lo “rústico” se elabora y pasa a ser “culto” en manos de un artista dotado, y viceversa, lo culto se “vulgariza” y pasa a formar parte del acervo popular. Es por ello quizá que Cervantes califica a un mismo ritmo, y según las necesidades narrativas,  unas veces como baile y otras como danza.

Es cierto que muy frecuentemente los escritores utilizaban ambos términos como sinónimos, pero no es menos cierto que en muchos casos las danzas referidas eran en realidad bailes. Y esto es así por la natural fecundación cruzada entre lo “culto” y lo “vulgar” a la que antes nos referíamos.  Así una danza cortesana, con sus correspondientes “vueltas, mudanzas, saltos, floreos y reverencias” que normalmente sería interpretada por danzantes, quizá profesionales, o al menos bien versados en este arte, y que sería danzada en los “saraos” de la corte (término que en tiempos de Cervantes no significaba un jolgorio, sino un baile de salón, distinguido y señorial, propio de las grandes casas) y también en las representaciones teatrales, era rápidamente asimilada por el vulgo y convertida en baile. Así nos los relata Arbeau en el folio 38 de su “Orchesographie” : “Ceulx qui dancent la gaillarde auiourd’huy par les villes, ilz dancent tumultuairement, & se contentent de faire les cinq pas & quelques passages sans aulcune disposition […] tellement qu’vne grande partie de leurs meilleurs passages sont incogneuz & perdu […]”, describiendo cómo en sus días, y en los pueblos, la gallarda ha tornado en baile.

España no es ajena a este fenómeno de mutación, y aquí, según nos relata Querol, la zarabanda y la chacona se llegan a confundir en una sola cuando son asimiladas por la Iglesia en la forma de una tocata religiosa, hecho que se desprende de la aparición de estas danzas en libros para órgano, al lado de Tientos y otras piezas claramente pertenecientes a la órbita eclesial y propias del culto.

Conviene aclarar que las danzas en los siglos XVI y XVII era comúnmente cantadas, inicialmente a varias voces “a capella”, a las que posteriormente doblaron instrumentos, los cuales consiguieron finalmente alguna independencia melódica frente a aquéllas. Ya en el siglo XVIII, y por lo general, las voces desaparecen, dando lugar a un acompañamiento puramente instrumental. También es de destacar que, en estos tiempos, la danza tenía una gran importancia social, tanto para el pueblo como para la alta sociedad y la aristocracia, en las que los conocimientos prácticos de este arte eran un signo de educación y de posición social. La nobleza pagaba maestros de danza para la formación de sus infantes y para la suya propia. El pueblo danzaba al son de sus danzas y bailes típicos (o “folclóricos”) y propios de cada región; pero también disfrutaba con algunas de las danzas “regladas”. Éstas se bailaban en grupo, con un guía o conductor que marcaba el modelo que los demás imitaban. Nos dice Querol que “En las fiestas populares ponían en ellos [los bailes]  grande empeño los pueblos comarcanos que concurrían al certamen con la esperanza de obtener una honrosa distinción o premio”. A medida que trascurre el siglo XVII el baile va sustituyendo a la danza, al menos en el vulgo, y así sus maestros van quedando relegados a los ambientes más cortesanos.

Especial mención entre los  bailes merece la chacona, de la cual se conservan pocos ejemplos musicales y cuyo origen es todavía tema de debate, aunque la opinión más aceptada es que su origen es hispano-americano. Incluso Cervantes, en “La ilustre fregona” la denomina “indiana amulatada” y la describe con todo lujo de detalles. Era un baile muy animado que junto con la folía y la zarabanda gozaron de gran popularidad. También parece que era muy movido, a juzgar por las palabras de Lope : “[…] se hacía rajas bailando la turbamulta de los mulantes y fregatrices del baile, que llegaban a doce”. También hay testimonios de la época en los que directamente la tachan de inmoral. Aunque se habla de “la chacona”, probablemente deberíamos de referirnos a “las chaconas”, no porque haya diferencias en el género musical, sino más bien atendiendo a las variantes bailadas de la mísma y a sus textos. Así, habría portuguesas, castellanas e incluso de “Guinea Gurujú” en palabras de Lope:

“Hay chaconas de Castilla,
de Guinea Gurujú,
y bravos escarramanes
bailados a lo andaluz.”

A la sazón, Escarramán, afamado bailarín sevillano de la época, licencioso por demás, de cuya biografía se conoce muy poco, que da nombre al baile homónimo, al parecer una versión lasciva y desenfrenada de la zarabanda, y que en la literatura de la época es un arquetipo del rufián del hampa, valeroso e inmoral al mismo tiempo, dejó una importante huella en la cultura y lenguaje populares (lenguaje “jácaro”) de su tiempo, a juzgar por cómo lo describe Rodriguez Marín, citado a su vez por Querol: “Escarramán, padre y fundador de la jacarandina […] por quien se llamó escarramado el lenguaje de la grey rufianesca”. Lamentablemente no se conoce hasta ahora ningún ejemplo musical de este baile.

También merece comentario “el villano”, baile de origen rústico del que, como en tantos otros casos, también existía una versión “culta” y difícil, que requería gran destreza y agilidad en su interpretación por los “voleos” obligados. De la coreografía de esta última sí hay descripción detallada, contenida en los “Discursos sobre el arte del dançado y sus excelencias y primer origen, reprobando las acciones deshonestas” de Juan de Esquivel Navarro, libro publicado en 1642, en el que pretende el autor ensalzar la figura del maestro de danza y en el que describe pormenorizadamente los pasos y características más importantes de la danza en el siglo XVII . En el folio 19 nos dice “[…] En la escuela de Iosef Rodriguez, vn discipulo suyo [con] vn Boleo que hizo en el Villano, derribo con el pie vn candelero que estaua colgado a manera de lampara, mas alto que su cabeza dos palmos”.

Finalmente, procede un breve comentario sobre “La perra mora”, baile cantado que a juzgar por las palabras de Cervantes,

 “¡Qué de veces ha intentado
aquesta noble señora [(la chacona)]
con la alegre zarabanda
el pésame y perra mora
entrarse por los resquicios
de las casas religiosas!”

podría estar emparentado con la chacona, la zarabanda y el pésame dello y del cuál no se conoce una descripción coreográfica. Pocos ejemplos hay también de su música, quizá el más importante sea el contenido en el cancionero de Medinaceli, que hoy interpretamos. Su origen tampoco está claro, aunque Querol lo emparenta con la denominada danza del Rey don Alonso, al parecer ésta de origen árabe, y que según Salinas se cantaba con las palabras árabes que él transcribe como “Calvi vi calvi calvi arabi”. Según Querol, la palabra “Qalbi”  de la frase “Qalbí qalb a’rabi”, versión de la anterior comúnmente empleada en una tonada muy conocida en la Península desde tiempos del Arcipreste de Hita, también podría leerse como Kalbi, en cuyo caso significaría “perra-mora”.

Camino de Santiago navarro en invierno, extremar las precauciones

CStgocorteEl Camino de Santiago es una de las rutas más utilizadas durante el verano y también en primavera y otoño. Aunque poco peregrinos se aventuran a realizar la Ruta Jacobea durante el invierno, en esta estación suelen registrarse algunos de los accidentes más graves, debido a las duras condiciones meteorológicas, tal y como ocurrió hace una semana entre Luzaide/Valcarlos y Orreaga/Roncesvalles, donde dos peregrinos de origen brasileño tuvieron que ser rescatados por bomberos, policía foral y guardia civil. El Gobierno de Navarra recuerda las medidas de restricción existentes en esta zona, realizadas para garantizar la seguridad de los peregrinos.

La peregrinación durante los meses de invierno puede ser una actividad arriesgada si no se siguen indicaciones y recomendaciones en lugares potencialmente peligrosos. La primera etapa del Camino de Santiago, que parte de la localidad de Donibane Garazi/Saint Jean Pied de Port, supone superar un desnivel de más de 1.200 metros hasta el puerto de Lepoeder, además de pequeños desniveles intermedios. Esta dura etapa requiere de una preparación física adecuada pero la presencia de nieve, como ocurre estos días, hace que se den situaciones especialmente graves en época invernal.

Por razones de seguridad, entre el 1 de noviembre y el 31 de marzo, es obligatorio realizar la primera etapa entre Saint Jean Pied de Port y Orreaga-Roncesvalles por la ruta Oeste, que pasa por Luzaide-Valcarlos y el puerto de Ibañeta hasta llegar a la Colegiata. Durante el invierno está prohibido realizar la ruta Este de esta etapa que une Saint Jean Pied de Port y el puerto de Lepoeder. En la zona se han realizado múltiples acciones de mejora en la señalización y en la cobertura mediante nuevas tecnologías pero siguen registrándose percances en los que es necesaria la acción de equipos de rescate por no tomarse en serio las duras condiciones meteorológicas de este escarpado rincón del Pirineo navarro.

Los peregrinos pueden encontrar información muy completa sobre todos los detalles para realizar el Camino de Santiago en el portal www.turismo.navarra.es.

La Ruta Jacobea sigue siendo uno de los mayores atractivos con los que cuenta Navarra. Muy transitado durante el final de la primavera, el verano y el inicio del otoño, cada año recibe más peregrinos de los orígenes más diversos. En el año 2015, 4.955 personas sellaron su credencial de peregrino en la Colegiata de Roncesvalles. La cifra es un 12,8% superior a la recogida en 2012, un 1,7% superior a la de 2013 y un -1,1% inferior a la del pasado año 2014. Mientras que los peregrinos internacionales siguen creciendo, los peregrinos nacionales descienden desde el inicio de la crisis. Casi el 70% del total de peregrinos procedía de países localizados por todo el globo. Los peregrinos residentes en España representaron el 31%.

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Los carnavales navarros traen magia, alegría y color

Con la llegada del nuevo año, varias localidades de Navarra reciben la visita de sus huéspedes más temidos: carboneros, mayordomos, osos o hartzas, brujas aulladoras, bandidos y fantasmas de tela de saco rellenos de hierba seca. Son los protagonistas de los Carnavales rurales, fiestas coloristas ligadas a danzas y rituales mágicos ancestrales. Las celebraciones son muy variadas y, aunque cada pueblo de Navarra cuenta con su propia tradición y calendario, todos viven la cita pagana más esperada del año con un gran sentido del humor.

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Lo que nadie ve, novela de Loli Escribano

Lo que nadie ve

Círculo Rojo Editorial – Páginas: 216 – ISBN: 978-84-9115-907-0 – Tamaños: 15×21
 Libros-de-Loli-Escribano

 

Nuevamente ha sido Círculo Rojo Editorial quien ha publicado otra novela de la periodista soriana Loli Escribano Valero, Lo que nadie ve, como lo hiciera en abril de 2013 con No tiren piedras. Su primera novela, El cráneo del imbécil, data de 2009.

En la contraportada leemos: “La maldición de la familia es clara, las personas con los ojos de miel líquida mueren jóvenes. La hermana menor de Marcela nace con ese estigma y todas las atenciones de su madre se centran en la nueva criatura. Marcela tiene que aprender a crecer sola, sin nadie que le mime ni el cuerpo ni el alma. Con el tiempo descubrirá que tiene un don que le ayudará a superar esa soledad, puede ver lo que nadie ve”. Sigue leyendo

No tiren piedras, novela de Loli Escribano

Reseña de la novela publicada en SORIAYMAS.COM el 10 de abril de 2013
No tiren piedras Loli Escribano

Editorial Círculo Rojo
Rústica- 170 páginas

«No tiren piedras» es una novela psicológica, no en vano su protagonista es una psicóloga y los capítulos impares están escritos en primera persona por tal personaje, a modo de diario, mientras que los pares lo están en tercera persona. Este segundo recurso usado por la periodista soriana Loli Escribano en su segunda novela le permite mostrarnos y desarrollar toda una pléyade de personajes secundarios e incluso amplificar y aclarar algunos sucesos y ahondar más en la psicología de los dos principales personajes, desde esa «omnividencia-omnisapiencia» que otorga la redacción en tercera persona.
Otro recurso literario que utiliza para que el lector vaya recomponiendo la trama de la novela es el «flashback» o analepsis, esa vuelta al pasado, esa retrospectiva que rompe brevemente la direccionalidad temporal del relato principal (tan usada en el cine y puesta en boga especialmente por la serie televisita «Lost») para permitirnos comprender mejor el porqué de las situaciones, pensamientos y sentimientos de los personajes en su actuar presente. Sigue leyendo

Navidad mágica en Navarra, las citas imprescindibles

En Navarra, la Navidad es una mezcla de tradiciones centenarias, ritos paganos, celebraciones modernas y visitas de personajes muy populares. Uno de los más queridos es el Olentzero, un carbonero tripudo y bebedor que cada 24 de diciembre baja del monte para anunciar la llegada del niño Jesús y repartir regalos. Este entrañable personaje navideño proviene de una tradición originaria de Navarra, del pueblo de Lesaka.

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