No tiren piedras, novela de Loli Escribano

Reseña de la novela publicada en SORIAYMAS.COM el 10 de abril de 2013

Editorial Círculo Rojo
Rústica- 170 páginas

«No tiren piedras» es una novela psicológica, no en vano su protagonista es una psicóloga y los capítulos impares están escritos en primera persona por tal personaje, a modo de diario, mientras que los pares lo están en tercera persona. Este segundo recurso usado por la periodista soriana Loli Escribano en su segunda novela le permite mostrarnos y desarrollar toda una pléyade de personajes secundarios e incluso amplificar y aclarar algunos sucesos y ahondar más en la psicología de los dos principales personajes, desde esa «omnividencia-omnisapiencia» que otorga la redacción en tercera persona.
Otro recurso literario que utiliza para que el lector vaya recomponiendo la trama de la novela es el «flashback» o analepsis, esa vuelta al pasado, esa retrospectiva que rompe brevemente la direccionalidad temporal del relato principal (tan usada en el cine y puesta en boga especialmente por la serie televisita «Lost») para permitirnos comprender mejor el porqué de las situaciones, pensamientos y sentimientos de los personajes en su actuar presente.

Y hay un tercer recurso literario que desarrolla con gran acierto, cual es el de la ramificación constante descriptiva y su seguimiento durante unas líneas o párrafos, lo que le da realmente un tono de cotidianidad realista a la protagonista principal, Beatriz, y al secundario, el escritor casi octogenario, Patricio. Pues así como en la vida real es muy difícil que la mente se enfoque en una cosa determinada y siga con ella durante el tiempo preciso pues se dispersa siguiendo a lo que sus cinco sentidos perciben o a los cientos de pensamientos-sentimientos que brotan por doquier en la mente y en el corazón, igualmente en esta novela Loli Escribano nos muestra tal situación de dispersión vivencial. En ocasiones me recordaba a algunas escenas del cine en el que la cámara sigue a un personaje y cuando se cruza con otra persona o un animal, sigue entonces a éste, y luego cuando este segundo sujeto se encuentra con otro, sigue al tercero, y así continúa hasta que retorna al primer personaje y le seguimos en su actuar.

El estilo literario es escueto, directo, sencillo, sin apenas subordinadas o cuando menos sin prolongarlas innecesariamente, como enseñara el maestro Azorín. Un estilo que yo suelo relacionar con el periodístico y, en este caso, es comprensible en la autora dada su profesión como periodista radiofónica. Lo cual es de agradecer porque no está ya uno para barroquismos ni artificiosidades de ningún tipo.

Una novela psicológica la he calificado al principio de esta reseña y así lo es. Toda ella es, en realidad, una larga introspección en la psique humana. Ciertamente el personaje mejor definido es Beatriz y en un menor grado, Patricio. Beatriz se nos presenta como una mujer estúpida (esa es la palabra exacta), snob, preocupada por su físico ante todo y sobre todo, una mujer vacía de personalidad propia que se transforma a medida que va relacionándose con Patricio. Y esta relación – que realmente se «cuece» y crece interiormente, mentalmente, más que en la relación interpersonal- transforma igualmente a Patricio. A él le rejuvenece y revitaliza, a ella la hace madurar como mujer y persona, a la par que aleja de ella el miedo al deterioro físico que sobreviene con la edad y la hace aceptar el final, la muerte.

Baste esta breve reseña para dar cuenta de lo que he encontrado como más esencial de la misma. No es cuestión de desvelar los intrínculis de la trama ni su conclusión, pues a ello debe acceder cada lector con el libro en la mano.

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