Cuatro fotos para el recuerdo y la Polar es lo que importa

Se está preparando un encuentro entre ex-seminanistas de El Burgo de Osma, concretamente entre los que hace cuarenta años cursamos aquel cuarto curso de Bachillerato 1972- 1973.  El coordinador, J.A. Caamaño, ha creado un blog al efecto y allí ha publicado una fotografía del grupo (no estamos todos en ella) que me ha traído viejos recuerdos del Seminario Diocesano de El Burgo de Osma. He acudido a mi álbum de fotos y he visto que solo tengo cuatro fotografías de mi estancia entre los 11 y los 14 años en el seminario diocesano burgense, ¡cuatro tan sólo!

Seminaristas del Burgo de Osma en Vinuesa

¡Cómo se pasa la vida… tan callando, como bien cantara Jorque Manrique! Ahora tenemos 54 años, pero en estas fotografías me veo en plena adolescencia.   ¡Cuántas vivencias he degustado desde entonces! ¡Toda una vida…!

Hasta jugaba al fútbol. Abril de 1973. Seminario del Burgo de Osma

Bien lo sabían los antiguos al decirnos que Cronos devoraba a sus hijos pues el Tiempo comienza por deteriorar las cosas, marchitarlas, y luego las extingue. Todo es efímero en el devenir de los entes; nada es, todo fluye en ese devenir… Sólo el espíritu persiste, Espíritu mejor dicho… con mayúsculas… y si hacemos caso a los místicos y grandes iniciados… ese Sí-Mismo es lo que hubo, es y será (antes del Tiempo, durante el Tiempo y después del Tiempo).

Abril de 1973 en el cerrete del Seminario diocesano del Burgo de Osma. Se ve que era la hora de la merienda y que me gustaba el bocadillo. Al lado están Fernando Laguna, Javier Andrés y Pedro Ángel Oteo

“La Polar es lo que importa”, decía una inscripción en el Aula Magna del Seminario burgense…

No se me ha olvidado nunca, pero ha sido en mi madurez cuando he podido llenar de significado esotérico a ese dicho.

La Estrella Polar es el emblema astronómico de lo que, en ciertos esoterismo, es el Polo… Un Eje de los Estados Múltiples, vertical, irrumpe  alli desde el MetaCosmos  y se proyecta hacia “abajo”…

Y ese Eje siempre está Presente…

Lo aprendí con René Guénon y, pasados los años, Ramana Maharshi me lo ha ratificado…

Sí… “La Polar es lo que importa”.

Y de aquel monolitismo católico seminarista que nos inculcaban nada queda. Como he dicho más de una vez, “salí rebotado” del Seminario.

Años después me reconciliaría con el cristianismo, pero desde otro enfoque, el esotérico, sobre el cual he ido publicando artículos. Y hace hace ya tiempo que pasé a suscribir lo que el gran maestro andalusí sufí  Ibn Arabí escribiera en uno de sus poemas más sublimes.

Mi corazón es capaz de albergar todas las formas.
Es pradera para las gacelas y claustro para los monjes,
templo para los ídolos y Kaaba de peregrinos,
Tablas de la Tora y Libro del Corán.
Profeso la Religión del Amor y cualquier dirección
que tome su montura, doquiera dirija sus pasos,
el Amor sigue siendo mi credo y fe.

Abril de 1973 en el cerrete del Seminario diocesano del Burgo de Osma. Se ve que era la hora de la merienda y que me gustaba el bocadillo. Al lado están Fernando Laguna, Javier Andrés y Pedro Ángel Oteo

NOTA: Artículo de Ángel Almazán publicado originariamente como La Polar es lo que importa, el 11 de abril de 2013

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